viernes, 27 de julio de 2012

Las Moiras



En la mitología griega, las Moiras (en griego antiguo Μοῖραι, ‘repartidoras’) eran las personificaciones del destino. Sus equivalentes en la mitología romana eran las Parcas o Fata, y en la nórdica las Nornas. Vestidas con túnicas blancas, su número terminó fijándose en tres.

 

La palabra griega moira (μοῖρα) significa literalmente ‘parte’ o ‘porción’, y por extensión la porción de existencia o destino de uno. Controlaban el metafórico hilo de la vida de cada mortal desde el nacimiento hasta la muerte (y más allá).




En principio, las Moiras eran concebidas como divinidades indeterminadas y abstractas, quizá incluso como una sola diosa. En la Iliada de Homero se habla generalmente de "la Moira", que hila la hebra de la vida para los hombres en su nacimiento[] (Moera Krataia, ‘poderosa Moira’).[ ]En la Odisea hay una referencia a las Klôthes o hilanderas.[] En Delfos sólo se rendía culto a dos, las Moiras del Nacimiento y de la Muerte.[] En Atenas, la diosa Afrodita era considerada la mayor de ellas bajo su aspecto de Afrodita Urania, según Pausanias.


[]

Una vez su número se hubo establecido en tres,[] los nombres y atributos de las Moiras quedaron fijados:

  • Cloto (Κλωθώ, ‘hilandera’) hilaba la hebra de vida con una rueca y un huso. Su equivalente romana era Nona, originalmente invocada en el noveno mes de gestación.
  • Láquesis (Λάχεσις, ‘la que echa a suertes’) medía con su vara la longitud del hilo de la vida. Su equivalente romana era Décima, análoga a Nona.
  • Átropos (Ἄτροπος, ‘inexorable’ o ‘inevitable’, literalmente ‘que no gira’ a veces llamada Aisa) era quien cortaba el hilo de la vida. Elegía la forma en que moría cada hombre, seccionando la hebra con sus «detestables tijeras» cuando llegaba la hora. En ocasiones se la confundía con Enio, una de las Grayas.[ Su equivalente romana era Morta (‘Muerte’), y es a quien va referida la expresión "la Parca" en singular.

En la tradición griega, se aparecían tres noches después del alumbramiento de un niño para determinar el curso de su vida. En origen muy bien podrían haber sido diosas de los nacimientos, adquiriendo más tarde su papel como verdaderas señoras del destino. Por todo ello, y en especial por el predominante papel de Átropos, las Moiras inspiraban gran temor y reverencia, aunque podían ser adoradas como otras diosas: las novias atenienses les ofrecían mechones de pelo y las mujeres juraban por ellas.

Se las representaba comúnmente como a tres mujeres hieráticas, de aspecto severo, y vestidas con túnicas: Cloto, portando una rueca; Láquesis, con una vara, una pluma o un globo del mundo; y Átropos, con unas tijeras o una balanza.


En otras ocasiones se les atribuye la apariencia de tres viejas hilanderas, o de tres melancólicas damas (una doncella, una matrona y una anciana, respectivamente). Shakespeare se inspiró en este mito para crear las tres brujas que aparecen en Macbeth, cuya intervención es determinante en el destino del protagonista.



No hay comentarios:

Publicar un comentario