Los juicios por brujería de Salem fueron
una serie de audiencias locales, posteriormente seguidas por procesos
judiciales formales, llevados a cabo por las autoridades con el objetivo de
procesar y después, en caso de culpabilidad, castigar delitos de brujería en
los condados de Essex, Suffolk, y Middlesex (Massachusetts), entre febrero de 1692 y mayo de 1693. Este
acontecimiento ha sido usado retóricamente en la política y la literatura
popular como una advertencia real sobre los peligros del extremismo religioso,
acusaciones falsas, fallos en el proceso y la intromisión gubernamental en las
libertades individuales.
A
pesar de ser generalmente conocido como «los juicios de Salem», las audiencias
preliminares en 1692 se llevaron a cabo en diversas ciudades de toda la provincia: la aldea de
Salem, Ipswich, Andover y la ciudad de Salem. Los juicios más conocidos tuvieron lugar en la
ciudad de Salem, realizados por un Tribunal de Oyer and
terminer en 1692. Más de 150
personas fueron detenidas y encarceladas, solo con acusaciones, sin embargo no
llegaron a ser formalmente procesadas por el tribunal del condado. Al menos
cinco de los acusados fallecieron en prisión y las veintiséis personas que
fueron a juicio fueron condenadas ante este tribunal. Un rasgo particular de
estos juicios fue que las denuncias de alucinaciones y contactos demoníacos surgieron entre un grupo de mujeres de la comunidad
de Salem pero nunca se realizaron procedimientos serios para obtener pruebas de
tales prácticas, sino que casi todas las acusaciones se basaban en rumores y
chismes. Los propios jueces se dejaron llevar por la histeria religiosa de la
comunidad de Salem, formada mayormente por puritanos, que exigía frenéticamente
condenas a las presuntas brujas.